domingo, 25 de diciembre de 2011

Capítulo 5 - Strange Things


Los bosques se quemaban y se iban consumiendo poco a poco, haciendo que en el centro del incendio una chica se estremeciera de terror. Era realmente guapa. Su tez pálida reflejaba el fuego que se cernía sobre sus ropas poco a poco. Su vestido era ajustado en la parte del torso, con unos extraños enlaces de oro y plantas que hacían que no necesitase tirantes para sujetarlo. La falda estaba formada por ojas verdes y blancas que poco a poco se quemaban y que la chica, por mucho que sacudiera la falda con sus guantes blancos no conseguía apagar. En su cuello esbelto se podía ver un extraño collar con una piedra igual de rara... ¿era una piedra o era otra cosa? En sus ojos verdes había un expresión de extremo terror, dado que ahora no eran solo sus ropas las que se quemaban si no sus largas coletas verdes. Tenía tres, una atrás y las otras dos a los lados. La chica chilló de horror. Se quemaba, se quemaba viva, el mayor temor de una Shoku, los hombres plantas. La chica se resistía, pero sus ojos se fueron cerrando y la chica calló al suelo inerte, sin sentido, muerta... mientras las llamas la consumían...


 -¡Ah!-un grito desgarrador se escuchó desde el número 15 de la C/Pamplemousse del planeta de las plantas.

La misma chica que se quemaba en llamas anteriormente saltó de su cama sobresaltada. ''Todo ha sido un sueño, todo ha sido un sueño, solo ha sido un sueño'' Se intentaba tranquilizar la chica mientras se bebían un gran vaso de agua.''Pero por que.... ¿por qué siempre es el mismo sueño? Quiero decir... ¿¡pesadilla!?''.

 Los gritos de su madre sacaron a la chica de sus pensamientos:

 -¡Chimbcream! ¡Ven aquí ahora mismo holgazana!

 -Ya voy madre-le respondió Chimbcream ''Y por favor, llamame Cicem'' se dijo para sus adentros.

Cicem llegó al salón de su casa, donde una mujer gorda, bajita y por lo que se veía, bastante gruñona la miraba con cara asqueada, costaba creer que fuese su madre:

 -Niña, ve a pagar los impuestos al capitán ahora mismo o recibiremos otro aviso de desahucio mañana por la mañana.

 -¡Madre! ¿Por qué no me lo dijiste antes? Ya habría ido a pagarlos- le dijo Cicem- Aunque odie la Fughio- se dijo a si misma entre dientes, de forma que su madre no lo puediera oír.

 -¿Me estas reprochando algo, Chimbcream Violeta?-le dijo su madre.

Cicem se quedó callada, no solo su madre le había puesto un nombre horroroso desde el día que nació, si no que ahora le había arrebatado el apellido de su padre, lo que suavizaba aquel horrible nombre, dado que en realidad ella se llamaba Chimbcream Cicem, claramente, por el Sr.Cicem, su padre, pero desde que este murió... su madre se abandonó. Ella era una mujer hermosa, envidiada por muchas señoras del barrio, que se casó con el Sr.Cicem, un hombro bondadoso, amable, apuesto... un hombre fácil de amar. Pero un día el Fughio tomó el poder, y el Sr.Cicem se encaró con ellos. Acabó muerto y la madre de Chimbcream calló en una terrible depresión. Se pasaba los días tumbada en el sofá, sin ir a trabajar, por lo que la echaron, pero su madre no reaccionó hasta que el Fughio amenazó con el desahucio, dado que su madre llevaba meses sin pagar la pensión de la casa. Entonces Chimbcream tubo que tomar las riendas de la casa. Cogió los ahorros y pagó todo lo que debía, abandonó los estudios y buscó un trabajo, con el que ganaba el suficiente dinero para alimentar a su madre y a ella misma y pagar la pensión de la casa. La madre de Chimbcream, aun así la despreciaba desde que su padre murió, aunque antes ella fuese su mundo, ahora se portaba mal con ella por ser un mal recuerdo de su padre, que según ella, las había abandonado. Chimbcream no le echaba la culpa de nada a su madre, prefería que culpara a su padre antes que al Fughio, el poder, pues se podían llegar a meter en graves problemas si eso llegara a suceder (un enfrentamiento entre la mujer y el Fughio podía suponer la muerte). Pero llegado un momento, Chimbcream se empezó a hartar de la actitud de su madre, y aunque la seguía queriendo, al contrario que ella, quería consevar algo de su padre, por lo que en sus adentros se cambió su propio nombre al del apellido de su padre. Para Chimbcream, ella ya no se llamaba así, en sus adentros, ella se llamaba Cicem.

 -Entonces madre, me voy, en un momento volveré- y Cicem salió de la casa en dirección al Fughio.

Os he hablado mucho del Fughio, pero no sabéis lo que es, ahora que lo pienso.Así que ahora os lo cuento. Es la rama militar de la familia real de los Shoku, los hombres planta. Cuando el rey murió, el principe pasó a ser el rey, eso no tiene nada de extraño, pero lo que pasa es que este principe era militar, y un vago además, y le dio todo el poder a las fuerzas militares, y, aunque el principe siguiera mandando como rey, las fuerzas del Fughio aumentaron los impuestos y a todos los que se le ponían en su camino los mataban. El concepto de Fughio también se pude referir al edificio donde se pagan los impuesto, y Cicem odiaba ese sitio, bueno, más bien odiaba a ''el capitán'' el mandamás del edificio de impuestos, siempre que iba a pagarlos intentaba ''algo'' con ella. O besarla, o retenerla... por suerte Cicem había aprendido a defenderse, porque en ese planeta una chica guapa como era ella necesitaba saber hacerlo.

 Cicem entró en el edifico, en el Fughio. Recorrió los pasillos hasta la puerta de ''el capitán'', donde debía pagar los impuestos. La chica se quitó el collar que llevaba y se lo guardó en un bolsillo del vestido. Abrió la puerta y allí se lo encontró. Este sonrió nada más ver a la chica.

 -Vengo a hacer el deposito, así que terminemos pronto ¿vale?- dijo desafiante la joven.

 -Como quieras... igualmente no te creas demasiado, me empiezas a aburrir, estoy perdiendo interés en ti-dijo aburrido el capitán.

 Cicem sonrió y le entregó un gran saco con monedas de oro que había transportado desde su casa a ese lugar. El capitán lo pesó:

 -Cicem, querida, falta dinero-dijo el capitán.

La joven se fijó en el peso del sacó... era el indicado, incluso pesaba más:

 -Eso es imposible

 -Cicem, se que esto te va a costar un poco asimilarlo, pero... el rey ha subido los impuestos.

 -¿El rey? Maldita sea... no tengo más dinero.

 -Podemos hacer un trato, yo te pago las cuotas de los siguientes 5 años, si tu aceptas un trabajillo-propuso el capitán

 -Que trabajillo.

 -Necesitamos una espía que se infiltre en una nave que se acerca. Pretenden recuperar los 10 amuletos que se dispersaron por el universo. Hace poco, un humano llegó al planeta y ha conseguido manipular al rey; quiere que alguien se encargue de ello, me habían asignado la misión a mi, pero... te ofrezco ese trato, tu nos tienes que enviar con este aparato- puso un extraños móvil en las manos de la chica- todo, todo, lo que hagan.

 -Pero el proposito de esa nave, es noble. Tengo entendido que es para volver a encerrar a Yacktey.

 -Querida, el humano que esta manipulando al rey, es Yacktey.

 Cicem ahogó un grito.

 -Hagamos esto, además de pagarte la pensión de la casa durante 5 años... cuidaré de tu madre... ¿qué me dices Cicem?

 -Qu-que.... trato hecho.

4 comentarios:

Julie dijo...

O_O Cicem no hagas eso >.< Dios que interesante! Quiero el siguiente!

A.J Wolfcat dijo...

Me encantaaaaaaaaaaa ^^ ¡Maldito capitán! Ya me cae mal JUM

Juny dijo...

Gracias chicas!!

Iria Stark ♣ dijo...

De acuerdo con Julie, ¡qué no lo haga! Y hablando de ella, una vida bastante dura, ¿no?