1ª parte (es que este tiene 2)
Narelle
Comenzamos a ascender por las montañas, que refrescante su aire purificador, observaba a Kalea totalmente feliz de sentir aire puro en sus pulmones y me fije en Kayrah, que no solía soportar quedarse encerrada en un sitio cubierto, pero la más graciosa era Náyade, que jamás había visto nieve, y al estar acercándonos a la cima de la montaña se empezaba a ver nieve (era algo un tan anormal, ya que en la montaña parecía invierno, pero justo en el lago, a tres metros de la montaña, parecía verano, nada, cosas de este mundo) y a sentir frío y Náyade, que toda la vida la había pasado en el desierto... ¡estaba maravillada!
Seguimos ascendiendo hasta que un gruñido nos sobresaltó
-¿Qu-que a sido eso?-tartamudeé
-Jeje, he sido yo-dijo tímidamente Dánae-Tengo un hambre terrible
-Busquemos un lugar para comer-propuso Meg
Nos pusimos a andar hasta que encontramos un lugar donde comer, un claro con muchos árboles, rocas, una pequeña cueva, algo de nieve y con corrientes de aire, dado que todas llevábamos nuestra propia comida en tapers de nuestras mochilas. De la mía saque un bocata delicioso que no me tarde en terminar, Kalea sacó una ensalada, era vegetariana, al contrario que Kayrah, que se estaba comiendo unos deliciosos nagets de pollo que había intentado que Kalea se comiera... había sido un fracaso. Mientras tanto, Náyade también se comía un bocata al igual que Meg, que le intentaba explicar lo que era un helado. Mientras, Dánae estaba comiendo bolitas de arroz. Íbamos a ponernos a andar, cuando encima de nuestras cabezas, apareció un cuervo, que emitía sonidos bastante sobrenaturales.
-Los cuervos no hacen ese sonido... ese es demasiado grave- observó Meg
-¿Tu como puedes saberlo?-pregunté inquieta
-Había días que iba con mis amigos al cementerio por la noche para ponernos a prueba-me dijo- He oído graznar a cuervos durante bastante tiempo
-Si, eso me tranquiliza-dije aun más nerviosa- Porque no nos vamos de aquí...
-¿Qué te va a hacer un cuervo Narelle?-me dijo Dánae
Miré al cielo, esa cosa buscaba algo, y me daba que ese algo eramos nosotras, aunque el pájaro aun no hubiera reparado en nuestra presencia, algo me decía que así era, así que intenté convencer a mis amigas de que nos fuéramos de ahí
-Me da mala espina-dije
-La verdad es que a mi también- dijo Kayrah agarrándose del brazo de Kalea
-No nos hará nada-dijo Kalea
-Pero y si si lo hace-dijo Náyade, que tampoco las tenía todas consigo
Nos pusimos a pelear (algo muy habitual en nosotras), pero esa pelea fue un error que nos podía haber costado la vida... pues el cuervo nos oyó y después nos miró, por fin vi su ojo, que daba mucho miedo e inspiraba terror.... sin más, con solo una mirada.
Las hice callar de inmediato para que miraran al cuervo. Kayrah se agarró con más fuerza a Kalea, yo creo, que la estaba haciendo daño, pero ella no se quejaba, la verdad es que era bastante fuerte, igual que Meg, que tampoco se asusto, por lo que Náyade y Dánae corrieron a su lado, yo estaba temblando, pero bueno, creo que no era de miedo, si no de inquietud.
El cuervo sin previo aviso se avalanzó sobre nosotras, rápidamente desperté y tiré a Kalea y Kayrah al suelo conmigo. Margaret hizo lo mismo con Náyade y Dánae. Nada más tocar el suelo con las patas, el condenado cuervo empezó una metamorfosis, su garras se convirtieron en zapatos, de los que salieron unas largas piernas con unos pantalones negros, el cuerpo se transformó en el de un humano, el cual llevaba una chaqueta negra y finalmente, la cabeza. Pelo negro, pálido (era muy parecido a Meg, para entendernos mejor) y lo más inquietante... esos ojos de iris rojo.
El chico nos echó una mirada de desprecio
-¿Se supone que vosotras sois las elegidas?-nos dijo- Pues que poca cosa
Meg pareció enfurecer tanto, que tengo que admitirlo, daba miedo. Así que no tardó en saltar y situarse delante de todas
-¿A quien llamas poca cosa?-soltó enfurecida- ¡Te vas a enterar!
Meg saltó contra él, pero sin despeinarse y de un manotazo la apartó tirándola contra una roca que la dejo inconsciente
Todas dimos un paso hacia atrás y corrimos en dirección a unas pequeñas arboledas que había cerca de donde nos encontrábamos.
Kayrah intentó contactar con el espíritu de la brizna de hierba para con las plantas que había al rededor de la Meg inconsciente, pero estaba muy agitada y como hacia escasas horas que dominaba su poder no lo consiguió y mientras Dánae y yo pensábamos un plan de ataque, Náyade construían un tirachinas con tierra que ella modelaba con sus poderes para que Kalea que tenía buena puntería, pudiera disparar potente piedras.
Kayrah poco a poco se calmaba, lo que favorecía a nuestros planes de rescate, dado que ella, al haberse calmado, había conseguido contactar con el espíritu de las plantas.
Este era el plan, mientras Kalea y Náyade despistaban a ese chico tan raro nosotras con los poderes de Kayrah y los míos, Kayrah, haría crecer a las plantas y yo con ayuda de agua las refrescaría para que crecieran más rápido y Dánae haría guardia para si venía ese tipejo quemarle.
Náyade cogió una de las rocas que había recogido Kalea, la mezclo con distintos barros y se la dio a Kalea para que disparase, y dio justo en el blanco que ella había puesto, en la cabeza. Kalea y Náyade no se escondieron, pues su plan consistía en que el tipo ese las siguiera; la cara que puso ese personaje daba miedo, pero las chicas siguieron el plan como unas campeonas y corrieron, mientras el chico de negro las perseguí lleno de ira, rápidamente nosotras procedimos con nuestro plan, no íbamos muy deprisa, pero Kalea y Náyade entretendrían a ese tipo un largo tiempo.
No fue tanto tiempo.
Ese chico de negro volvió en poco menos de diez minutos.
Sus sonrisa siniestra hacía entender que ya se había encargado de nuestras dos amigas.
Dánae le rodeó de fuego, pero para él eso era un juego, de sus manos empezó a gorgotear un extraño líquido negro que apagó el fuego, ese líquido negro se volvió más espeso y arrastrándose llegó el sitio donde estábamos, el líquido (que ya más que líquido era masa) me cogió de la cintura al igual que a Kayrah y nos apretó fuertemente, lo mismo repitió con Dánae, podía escuchar mis propios jadeos, y creo que también oía los de Dánae, los de Kayrah ya habían desaparecido y pronto los de Dánae siguieron el mismo camino.
Mis ojos se empezaron a cerrar, mientras notaba como mi cuerpo caía en la hierba, la masa negra de aquel chico extraño me había soltado. Pronto acompañaría a mis amigas. Pronto me quedaría inconsciente, pues el chico de negro no nos quería matar, aunque en ese momento no supiera bien porque. En ese momento decidí como lo llamaría... lo llamaría Xie y ese nombre, ese maldito nombre fue mi ultima palabra antes de quedarme inconsciente en la hierba
Lo se, el capi no ha quedado muy bien, lo siento, pero os prometo que la segunda aparte será mejor
5 comentarios:
Aaaaaaaaaaaaaah!!! ¿Quien es ese tio? No quiero que nos maten >.<
me encantaaaaaaaaaaaaaaaa ^^ Uuuaaah *-*
correeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeed!!!!!!!!!!!
jaja, muchas gracias a todas por comentar. Julie, tranquila, no nos matarán ...
(no comento en mi cuenta por razones)
Me ha encantado ^^
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